Expresiones como “tomar la calle” dan cuenta del valor simbólico que ésta tiene dentro del imaginario social, cultural y político en un contexto urbano. Se trata de proclamas que reivindican la calle como espacio público, como lugar de encuentro, intercambio, reunión e incluso de revolución. Un espacio de libertad desde el que imaginar el futuro de manera colectiva. En cambio, entendida como infraestructura, la calle debe resolver un riguroso programa funcional y técnico que organice el desplazamiento de vehículos (en todas sus variables) y de personas, así como la presencia de arbolado.
Tomar la calle muestra mediante plantillas de dibujo las primeras imágenes de un nuevo barrio, de un área de crecimiento residencial que el planeamiento proyecta a partir de un conjunto de planos de carácter técnico. Estas representaciones de la calle sirven para plantear una reflexión sobre la distancia que existe entre cómo se proyectan estos espacios y cómo se van a interpretan por parte de la ciudadanía.
Expressions such as «taking to the streets» show the symbolic value that the street has within the social, cultural and political imaginary in an urban context. These are proclamations that vindicate the street as a public space, as a place of encounter, exchange, meeting and even revolution. A space of freedom from which to imagine the future collectively. On the other hand, understood as infrastructure, the street must resolve a rigorous functional and technical program that organizes the movement of vehicles (in all its variables), people, as well as the presence of trees.
Through drawing templates, Tomar la calle shows the first images of a new neighbourhood, the growth of a residential area and planning projects through a set of technical plans. These representations of the street serve to raise a reflection on the distance that exists between how these spaces are projected and how they will be interpreted by the citizens.
Expresiones como “tomar la calle” dan cuenta del valor simbólico que ésta tiene dentro del imaginario social, cultural y político en un contexto urbano. Se trata de proclamas que reivindican la calle como espacio público, como lugar de encuentro, intercambio, reunión e incluso de revolución. Un espacio de libertad desde el que imaginar el futuro de manera colectiva. En cambio, entendida como infraestructura, la calle debe resolver un riguroso programa funcional y técnico que organice el desplazamiento de vehículos (en todas sus variables) y de personas, así como la presencia de arbolado.
Tomar la calle muestra mediante plantillas de dibujo las primeras imágenes de un nuevo barrio, de un área de crecimiento residencial que el planeamiento proyecta a partir de un conjunto de planos de carácter técnico. Estas representaciones de la calle sirven para plantear una reflexión sobre la distancia que existe entre cómo se proyectan estos espacios y cómo se van a interpretan por parte de la ciudadanía.
Expressions such as «taking to the streets» show the symbolic value that the street has within the social, cultural and political imaginary in an urban context. These are proclamations that vindicate the street as a public space, as a place of encounter, exchange, meeting and even revolution. A space of freedom from which to imagine the future collectively. On the other hand, understood as infrastructure, the street must resolve a rigorous functional and technical program that organizes the movement of vehicles (in all its variables), people, as well as the presence of trees.
Through drawing templates, Tomar la calle shows the first images of a new neighbourhood, the growth of a residential area and planning projects through a set of technical plans. These representations of the street serve to raise a reflection on the distance that exists between how these spaces are projected and how they will be interpreted by the citizens.